Cuando llegue mi hora: la muerte de John Winchester y la labor de las parcas
Queridos aprendices, asistentes y curiosos, bienvenidos a un nuevo post de nuestro Gabinete. Hoy vamos a volver a echar un vistazo a la historia de los hermanos Winchester. Esta vez, para rememorar el momento de la muerte de John, padre los cazadores, hecho acaecido en el primer episodio de la segunda temporada. Un capítulo muy importante, y que introdujo elementos mitológicos de peso para el posterior desarrollo de la serie.
No es la primera vez que escribo sobre la historia de los Winchester y, desde luego, no será la última. En el post anterior sobre ellos centramos la atención en el origen del plan de Azazel, el demonio de ojos amarillos que asesinó tanto a Mary Winchester como a Jess, novia de Sam. Y es que Azazel tenía un plan en mente que involucraba al más joven de la familia. Sam era denominado como “un niño especial” por el demonio. La razón se desvelaría – al menos en parte – durante la segunda temporada, pero se desarrollará en otro momento.
Recapitulemos brevemente lo que había pasado hasta el momento en que llegó este inicio de la segunda temporada. Los hermanos Winchester recorrieron parte de Estados Unidos buscando a su padre, quien desapareció misteriosamente tras una caza. Dean, quien siguió a su lado tras las continuas peleas de su progenitor con su hermano pequeño y la posterior marcha de este último en busca de su propia independencia, recurrió a Sam para tratar de hallar respuestas.
Aquella primera aventura acabó con la muerte de Jess. Horriblemente asesinada en el piso que compartía con Sam. Aquello no fue casual. La herida en el estómago, el cuerpo suspendido en el techo, las llamas… Aquello fue cosa del mismo demonio que mató a su madre. Motivado por la venganza, Sam decidió enterrar el hacha de guerra y unirse a su hermano en la búsqueda de John.
A partir de ese momento, ambos echaron mano del diario de su padre, donde éste había volcado buena parte de sus conocimientos sobre lo sobrenatural. Casi dos décadas de estudio, peleas y reflexiones estaban contenidos y resumidos en aquellos papeles. Este diario es en sí mismo un elemento capital para aprender y entender más sobre el universo creado por Eric Kripke y los guionistas de la serie.
Entre los diversos casos que los chicos investigaron y resolvieron durante las siguientes semanas y meses, había uno que involucraba a un ser muy particular: una parca. Sirvientes de la Muerte, esperan el momento del fallecimiento de alguien – sea por el motivo que sea – para escoltar sus almas al Cielo o al Infierno.
A priori, estas parcas son seres completamente neutrales. Lo único que les importa es mantener el "orden natural" de la vida y la muerte. Igualmente, se puede decir de ellas que rara vez cambian su modus operandi habitual, aunque tienen el poder para hacerlo, por lo que no suelen matar a nadie antes de tiempo.
Igualmente, y con el posterior desarrollo de la serie, se descubre que hay parcas “deshonestas”, rebeldes que transportan almas de unos cuerpos a otros con el fin de obtener beneficios y que, por lo general, trabajan para entidades superiores.
Como escribía más arriba, las primeras informaciones sobre las parcas que llegan hasta los hermanos – y hasta los espectadores – están en el diario de John. Dean y Sam se encuentran por primera vez con una de ellas en el episodio Faith, cuando una de ellas es vista por Dean – en aquel momento moribundo, aunque finalmente salió indemne – ayudando al predicador ciego Roy Le Grange, que "curar" a enfermos terminales en una suerte de ceremonias comunitarias.
La mayoría de la gente que acudía al predicador pensaba que tenía dones para sanar. Hasta el propio Roy lo creía. Pero nada más lejos de la realidad. Era cierto que determinadas personas eran curadas de males aparentemente incurables, aunque ello tenía un precio: alguien sano tomaba su lugar y moría a manos de la parca.
Estos desdichados eran capaces de ver como el ser les acechaba antes de morir. Incluso Dean se convierte en objetivo de la parca en determinado momento, teniendo que huir de ella. Finalmente, los hermanos descubren que esta parca era controlada mediante magia negra. Luego fue liberada cuando los Winchester rompieron el objeto que permitía su control, tras lo cual se volvió contra la persona que manejaba los hilos: la esposa de Roy Le Grange.
Tras aquel primer encuentro, y desarrollándose posteriormente la trama central de la primera temporada de Sobrenatural, llegamos al final de la misma, cuando Azazel logró huir del cuerpo de John Winchester antes de ser asesinado por la última bala del Colt legendario. Sam y Dean supieron que su padre estaba poseído por el demonio, y el hermano menor disparó contra la pierna de su padre, pero dudó a la hora de rematarlo. A pesar de que su padre le alentó a hacerlo, Sam no fue capaz de apretar el gatillo.
Para aquel entonces, el Colt ya solo tenía una bala en su cargador. El revólver fue creado por Samuel Colt, y al parecer era capaz de acabar con gran cantidad de seres sobrenaturales, capacidad que los hermanos comprobaron cuando se hicieron con el arma, pudiendo matar con ella a un vampiro y a otros seres peligrosos. Incluso era capaz de matar demonios, ya que usaron algunas de las balas para matar a los “hijos” de Azazel.
Pero el de los ojos amarillos huyó y los Winchester, ya reunidos, maduraban un nuevo plan para atraer y acabar con su enemigo. Pero no contaban con lo que estaba a punto de pasar. El Impala de Dean fue embestido por un camión mientras Sam conducía, con sus seres queridos malheridos en la parte de atrás. La primera temporada quedó en suspenso en ese momento, teniendo que pasar muchos meses para saber qué ocurriría a continuación.
El inicio de la segunda temporada retomaba la acción en aquel preciso momento. El camionero resultó ser una persona poseída por un demonio, y estaba preparándose para rematar a sus tres víctimas. Por suerte, Sam estaba consciente y amenazó al demonio con el Colt, que sabía que el arma contaba con una sola bala. Sin embargo, el miedo a ser asesinado hizo que éste huyera de su huésped, en forma de humo negro que salía a borbotones por la boca del camionero, método de posesión ya canonizado en la primera tanda de episodios de la serie.
La situación era crítica. Los tres heridos fueron trasladados a un hospital, siendo Dean el que se encontraba peor. Es más: estaba en el límite entre la vida y la muerte. Una situación desesperada que el propio Dean tuvo que encarar de una forma muy llamativa. Estando ya en el hospital en cuestión, los espectadores pudimos ver en 2006 cómo el mayor de los hermanos se despertaba, aparentemente sano, de su cama, solo para descubrir que nadie podía verle u oírle. Lo peor llegó cuando se vio a sí mismo en la cama de la que supuestamente se había levantado, totalmente rodeado de máquinas de soporte vital, en un estado lamentable. El Dean que ahora recorría los pasillos no estaba completo, sino que estaba realizando un viaje astral. Estaba teniendo una experiencia extracorporal.
Las cosas se pusieron aún más raras cuando Dean avistó a lo que creyó que se trataba de un espíritu blanquecino vagando por el hospital. Este ser entró en las habitaciones de varios moribundos y acababa con sus vidas. Aquello era una caza, y Dean nunca esquivaba una. El problema era que no se estaba enfrentando a ningún espíritu, sino a una parca. A una a la que pudo ver en su verdadero esplendor. Cadavérica, vieja, totalmente harapienta y con manos huesudas que rondaban a aquellos a quienes les había llegado la hora
Pronto llegaría el turno del propio Dean, que no quería morir y ahuyentaba al ser para que no le llevase consigo contra su voluntad. No podía comunicarse con su hermano y su padre, pero sí podía verles y oírles, siendo partícipe pasivo de las peleas entre ambos, que discutían sobre las posibilidades de salvar a Dean.
Poco después, Dean se topó con Tessa, una chica que parecía estar pasando por el mismo trance que él. Esta chica presentaba una actitud extraña. Estaba demasiado serena ante la idea de la muerte, y trataba de hacer ver a Dean que aquello no podía ser tan malo. Pronto se descubrió el motivo: aquella no era una chica normal, sino que se trataba de la propia parca, que había adquirido un aspecto más amable para que el joven aceptase hablar con ella. Aquellas conversaciones nos descubrieron nuevos elementos a tener en cuenta cuando hablamos de parcas.
Estas son capaces de crear visiones y alucinaciones que son observadas por aquellos con quienes van a tratar. Es por ello que Dean había creído ver a Tessa en una cama, en estado grave tras una operación. Además, no pueden – o, mejor dicho, no deben – llevarse a nadie en contra de su voluntad. El moribundo debe aceptar su propia muerte para poder pasar al “otro lado”. Pero hay elección. Dean podía elegir quedarse allí, aunque existían varios inconvenientes. El principal era que nunca podría volver a su cuerpo físico, pues éste quedaría en un estado comatoso irremediable, que a la larga derivaría en la muerte. Pero no en una muerte corriente, sino en una incompleta: Dean se convertiría entonces en un espíritu errante. Y, según la parca, esa condición nunca suele acabar bien, pues estos espíritus quedan atados a los lugares donde murieron, quedando atrapados para siempre, enloqueciendo y convirtiéndose en peligrosos.
Solo entonces, Dean dilucidó hasta qué punto aquello era grave. Si no aceptaba irse con la parca, acabaría siendo un espíritu vengativo. Se terminaría convirtiendo en aquello que llevaba años cazando para salvar a gente inocente.
En paralelo a todo lo contado en los últimos párrafos, Sam pidió a su amigo cazador Bobby Singer que se hiciera cargo del Impala, para que nadie descubriese el arsenal de armas que se encontraba en el doble fondo de su maletero. Además, a petición de su padre, encargó a Bobby que se hiciera con una serie de ingredientes necesarios para realizar hechizos de protección contra demonios. El Colt también quedó en manos de John.
Al reunir los ingredientes, Bobby alertó a Sam de que todo aquello no servía para completar ningún hechizo de protección, sino que podrían ser usados para realizar una invocación. Efectivamente, John había pensado en un plan para salvar a su hijo, aunque era uno descabellado. Sam creía que su padre era un egoísta, y que ponía su vendetta particular por encima de cualquier otra cosa, incluyendo la vida de sus propios hijos. Pero estaba equivocado. John estaba a punto de sacrificarte por Dean.
Con el Colt y los ingredientes en su poder, se levantó de su cama y fue hasta un lugar apartado en el sótano del hospital para invocar a Azazel, que poseyó a un trabajador de mantenimiento. John le ofreció un intercambio al demonio de ojos amarillos: el único arma que podía matarle a cambio de la vida de Dean. En un primer momento, parecía que Azazel se iba a conformar con aquello, pero luego exigió algo más: la vida de John. Su alma a cambio de la vida de Dean. John aceptó con una condición: poder ver con sus propios ojos que su hijo estaba bien y que aquello no era ningún truco.
A continuación, y estando a punto de aceptar que aquello era el final, Dean vio como una espesa niebla entraba por la boca de la parca. Porque sí, algunos demonios – sobre todo los de mayor rango y poder – eran capaces de poseer a otras entidades sobrenaturales. Azazel poseyó a Tessa y le dijo a Dean que aquel era su día de suerte, tocando su cabeza justo después.
En ese preciso momento, Dean despertó precipitadamente, asustado. Sam estaba junto a él. John también apareció en la habitación, alegrándose por ver a Dean recuperado. Había una suerte de efecto secundario: Dean no era capaz de recordar nada de lo que había pasado tras el accidente, por lo que no era consciente de todo lo que había vivido durante aquellas últimas horas. Pero tenía un mal presentimiento.
John se quedó a solas con Dean tras tener un acercamiento cariñoso con Sam, que quedó preocupado ante el súbito cambio de actitud de su padre. Ya solos en la habitación, John se acercó a su hijo mayor y le hizo prometer que cuidaría de su hermano, susurrándole después unas palabras al oído que los espectadores no pudimos escuchar en aquel momento. Luego, ya sereno, John abandonó la habitación para encarar su propio final.
En una habitación cercana, y tras dejar el Colt sobre una mesa, el hombre se desplomó instantáneamente, sin que viésemos qué pasó exactamente. Sam y Dean, alertados por las carreras de varios médicos, llegaron a tiempo para ver cómo su padre perdía la vida. Ambos, en el fondo, sabían por qué había ocurrido. Desde aquel momento, marcados por una nueva tragedia familiar – que afectó singularmente a Dean – redoblarían esfuerzos para acabar con Azazel…
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