¿Y si la piedra filosofal estuviera en el infierno? As Above, So Below
En lo que a deseos inherentemente humanos se refiere, la inmortalidad siempre ha estado en la cumbre. La trascendencia es una cuestión transversal a los tiempos. Culturas y personas a lo largo y ancho del globo han buscado un camino para alargar sus vidas mediante cualquier método imaginable. Incluso la ciencia actual, percibida como plenamente materialista pero revestida de cuestiones metafísicas e incluso coqueteando con elementos religiosos, sigue trabajando para atrasar el destino final de nuestros cuerpos físicos. Lo único que nos hace a todos efectivamente iguales es la muerte. Y, hasta hoy, nada ni nadie ha podido cambiar eso. Eso no ha evitado que a lo largo de toda la historia conocida hayan aparecido personajes, historias, dioses, tradiciones y leyendas que giraban en torno a estas cuestiones. Ahí está el ejemplo de la epopeya de Gilgamesh, por ejemplo. La obra épica más antigua conocida nos mostraba al rey de Uruk, un déspota de manual, quebrarse ante la muerte de su ami