The Bondsman
Imaginad ser un cobrador de deudas y cazarrecompensas al que le tienden una trampa y acaba degollado. Pensad a continuación en qué pensaríais si despertaseis tras ese sangriento trance y vieseis que la herida desaparece. Por último, elucubrad con qué haríais si os dijesen que habéis sido resucitado por el Diablo para cumplir una misión muy concreta: capturar a una serie de demonios que están escapando del Infierno. Pues esto es lo que le sucede a Hub Halloran, protagonista de una de las últimas series televisivas estrenadas en estos días.
Sobrenatural dejó una huella muy profunda en suelo norteamericano. La ficción creada por Eric Kripke – que sigue triunfando con la adaptación de The Boys – se convirtió por méritos propios en una de las más longevas y queridas de la televisión estadounidense. Sobre todo, si se tiene en cuenta su apego al género fantástico y a un subgénero muy concreto, aquel que le da nombre a la propia serie. Sus primeras temporadas bebieron mucho de las leyendas urbanas que se popularizaron entre los años setenta y noventa del pasado siglo, aunque de fondo desarrolló una trama que no dejó de crecer durante sus quince temporadas: la guerra entre ángeles y demonios, con los hermanos Winchester en medio de un conflicto cósmico (y multiversal, como no podía ser de otra forma en estos tiempos) que en última instancia involucró al propio Dios.
Incluso antes de que aquella aventura finalizase en noviembre de 2020, otras series han intentado cubrir ese hueco o hacerse el suyo propio con mayor o menor fortuna. Podríamos contar entre ellas a Outcast – creada por el mismísimo Robert Kirkman, padre de The Walking Dead – o Preacher, aunque ambas estaban basadas en series de cómics de éxito y finalizadas, lo que las encorsetaba bastante si se pensaba en estirarlas. No sabemos qué ocurrirá con From, quizá el contendiente más potente de cuantos pugnan por ser la nueva serie de culto en estas lides tan particulares.
Mientras tanto, el equipo liderado por el gigante corporativo Amazon, el influyente productor Jason Blum, el realizador David Grainger y el actor Kevin Bacon se han lanzado a la piscina con The Bondsman, cuya primera tanda de episodios fue lanzada el pasado día 3. Acompañado en el reparto por Jennifer Nettles, Beth Grant o Jolene Purdy, Bacon se ha unido a la larga saga de intérpretes de renombre que han trabajado o trabajan bajo el paraguas de una plataforma de streaming con mucho dinero que invertir y poco miedo a perderlo.
Con una producción que empezó a mediados de 2023 cuando Amazon encargó ocho episodios de media hora de duración a David Grainger y ya se había designado a Kevin Bacon como protagonista, The Bondsman está siendo recibida con críticas mixtas. Eso no despeja las dudas sobre su posible continuidad, aunque es difícil imaginar una cancelación a corto plazo sabiendo quiénes están detrás de todo esto. Habiendo tenido este asistente la oportunidad de verla completa, es el momento de hacer una pequeña reseña con spoilers sobre la misma. Los lectores sabéis a la perfección lo que esto significa.
Hub Halloran es el típico protagonista hastiado de la vida y con pocas ganas de bromear. Con una carrera musical que quedó en ciernes y una familia que se aleja de él a pasos agigantados, su día a día se resume en buscar y reclamar recompensas por capturar a delincuentes comunes. Para ello se vale de una tapadera nada sutil, una pequeña empresa de cobro de deudas que regenta junto a Kitty, su anciana madre. Tras recibir un chivatazo, Hub trata de emboscar a un tipo en un motel cuando es sorprendido, atacado y asesinado por los hermanos Earle, quienes a su vez cumplían con el encargo de “Lucky” Callahan, nuevo novio de la ex de Hub. Este “Lucky”, ex mafioso en Boston y dueño de un concurrido bar local, será durante toda la temporada el antagonista plenamente humano de la serie. Porque, como ya sabéis, los hay de otro tipo. Y es que el condado donde se desarrolla la acción va a empezar a oler a azufre muy pronto.
La muerte violenta de Hub es revertida al día siguiente, cuando el cazarrecompensas despierta aturdido pero consciente de todo lo que le ha pasado. Las señales del ataque son prueba suficiente de que no salió con vida de la refriega. Pero estaba de vuelta, por alguna milagrosa razón. No tardaría en descubrirla.
Mientras trata de dilucidar el nivel de culpabilidad de Callahan, los diversos teléfonos de Hub comienzan a ser inundados de llamadas por la corporación Olla de Oro, que solicitaba una cita urgente y de vital importancia con el redivivo. Éste, tratando de ignorar y eludir aquella indeseada persecución, termina por claudicar cuando todos los terminales suenan a la vez. Por si fuera poco, Hub encuentra a su madre reunida con una desconocida que responde al nombre de Midge y que dice ser su supervisora en su nuevo trabajo: cazar demonios para el Diablo.
Olla de Oro es la tapadera de las actividades de Lucifer en The Bondsman. A lo largo de los ocho capítulos que forman la primera temporada de la serie, irán ofreciéndose pequeños detalles sobre su funcionamiento y el papel que Hub y Midge tienen en ella. Pero podemos resumirlo de un modo muy conciso: el cazarrecompensas ha sido elegido para dar al traste con una pequeña rebelión que ha tenido lugar en el submundo, del que varios demonios escaparán para matar y poseer a otros tantos humanos. No voy a desvelar en este momento las motivaciones y repercusiones reales de esos eventos. Por el momento, basta decir que Halloran está obligado a cumplir con la tarea encomendada por la empresa a través de esta supervisora y captadora, ya que le va la vida en ello. Ha sido indultado temporalmente y sacado del Infierno – porque allí fue donde fugazmente residió mientras estaba muerto – para ser un arma. Nada más y nada menos.
Una vez completada la misión, Hub regresará al lugar de tormento eterno que tan a pulso se ganó en vida. La alternativa es renunciar y ser arrastrado allí de forma inmediata. Ante tal falta de opciones el protagonista, todavía escéptico ante ese nuevo puesto de trabajo que debía ocupar de forma forzosa, se deja llevar y le sigue la corriente a Midge, ganando con ello un valioso tiempo extra en el que tratará de resolver sus asuntos pendientes y congraciarse de nuevo con Maryanne y Cade, su ex mujer y su hijo.
El esquema de cada capítulo es muy similar al de otras muchas otras producciones. Un “malo de la semana” – que aquí no es tal, pues toda la temporada se estrenó al mismo tiempo – en forma de demonio elemental asesina a una persona de forma brutal y toma su cuerpo. Hub y Kitty reciben un fax (curiosa forma de comunicación en pleno siglo XXI) con información precisa del lugar de su aparición y su nombre, con el que empiezan pequeñas investigaciones que culminan en sendos enfrentamientos de los que el ahora cazador de demonios sale vivo de milagro. Por el camino, Halloran intentará poner en pie su vida personal y deshacer los errores que cometió con anterioridad. Errores que, a la larga, le traerán muchos dolores de cabeza y no menos sorpresas.
No voy a engañaros diciendo que la serie es compleja y que los conflictos entre los personajes son profundos y desarrollados con esmero. The Bondsman es, ante todo, una serie de terror y acción. Mucho más de lo segundo que de lo primero. Kevin Bacon da vida a un tipo macarra, con un humor socarrón y con pocas herramientas para afrontar situaciones como las que debe enfrentar. Hub Halloran es solo un músico de country fracasado que se topa de bruces con algo que le sobrepasa por todas partes y que debe superar según viene, sin conocimientos de ningún tipo sobre lo sobrenatural. En ese sentido, el guion deja mucho que desear. Solo el personaje de Midge tiene más nociones en ese campo, pero tampoco es un elemento clave y cohesionador. No es un Rupert Giles o un John Winchester. No es una mentora. Solo es otro eslabón más de una cadena casi invisible y de la que sabemos muy poco.
Lo importante aquí es la carnaza que se ofrece a los espectadores, que pueden encontrar en la serie un producto entretenido y que va directo al grano. Por otra parte, los mimbres presentados son suficientes para esperar que toda la problemática crezca de forma exponencial con las subsiguientes temporadas, si es que llegan. Porque, como era de esperar, el final del primer arco queda abierto y con un buen cliffhanger.
Personalmente, he quedado con ganas de más. Este tipo de formato de estreno no termina de convencerme, porque incita pero a la vez obliga a darse un atracón de capítulos que deja poco lugar a la reflexión. El ritmo vertiginoso de la ficción apenas deja respiro a los personajes y, por extensión, a nosotros. Pero, a pesar de todo, se agradecen tanto la eficacia y solvencia de los guiones como todo lo referente a los efectos especiales, que no desentonan en ningún momento ni afean el producto final. Si sois de los que disfrutáis de este tipo de géneros y buscáis un buen rato de entretenimiento, The Bondsman es una opción sencilla.
Vuestro particular asistente ya está haciendo un segundo visionado para desarrollar un texto más centrado en la narración de los puntos que considera más interesantes, así que os invito a estar atentos al blog si estáis interesados. Gracias una vez más por vuestra atención y tiempo.
Félix Ruiz H.
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